La Moda en los Festivales de Música: Expresión de Individualidad y Estilo
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Por Daniela Osorio
Los festivales de música han sido siempre escenarios donde la moda se convierte en una forma de expresión tan importante como la música misma. En ellos converge el eclecticismo, la diversidad, la creatividad y el arte. Desde la década de los 60 y 70, en festivales de música como Woodstock el movimiento hippie convirtió la vestimenta en una manifestación de contracultura y rebelión. Más adelante con la llegada de la música electrónica y el grunge, en los 80 y 90 la moda en los festivales se diversifica aún más con la llegada de subculturas como el rave, el punk y el rock alternativo, adoptando prendas más atrevidas y retadoras, priorizando el uso de prendas cómodas para noches largas de bailoteo intenso. Por un lado el grunge reflejó una estética 'despreocupada' y 'anti-establishment' con un enfoque más desaliñado por otro lado, el punk, apostó por el cuero, los pines y los colores oscuros, mientras que el látex y el vinilo surgieron como una forma de rebeldía sexual. Esta variedad de estilos no sólo encontraron lugar en la ropa, sino también en los peinados, el maquillaje y los accesorios, convirtiendo los festivales en una pasarela de individualidad y expresión personal.
Y si hablamos de expresión y de rebeldía, Bogotá no podría ser un escenario más perfecto, una ciudad que se distingue por ser un crisol de estilos que parecen no seguir ninguna regla fija, aquí se mezcla lo ecléctico con lo clásico, lo atrevido con lo atemporal, y lo urbano con lo sofisticado. Los bogotanos no tememos al riesgo y eso se nota en cada rincón de esta ciudad que tiene la capacidad innata para desafiar las tendencias y reinventar los estilos. El Festival Estéreo Picnic no sólo encuentra su hogar en esta ciudad, sino que se alimenta de su energía única.
FEP sin duda es un evento que fusiona la moda, la música y la cultura latinoamericana en cada edición. convirtiéndose en una amalgama de estilos que capturan la esencia de la diversidad cultural bogotana. Además ha sido un catalizador para la visibilidad de artistas emergentes y diseñadores independientes, impulsando una escena de moda que celebra el ingenio y la autenticidad. A través de sus outfits, los asistentes cuentan historias sobre quiénes son, de dónde vienen y qué representan, sin miedo a ser juzgados porque en este festival, la música no solo se escucha, también se ve, se lleva puesta, se vive.